jueves, 6 de marzo de 2008

CONSERVACIÓN


La Formación de la Tierra y Conservación

Para conservar es preciso tener conocimientos de como funcionan los ciclos ecológicos; como manejar los recursos naturales, su proceso evolutivo; las consecuencias de una actividad humana , etc.
Múltiples actuaciones desmedidas han conducido a lo largo de los tiempos a pequeñas catástrofes ecológicas.
El proceso de formación de la Tierra
Antes de conocer los problemas que se presentan en la conservación, recordemos que la tierra nunca ha sido como la conocemos, sino que ha sufrido un proceso a lo largo de su historia geológica.
Hay que partir de la evidencia de que la Tierra, soles, galaxias, planetas, forman un todo dentro del universo, todo es energía potencial, y dentro de nuestro mundo se manifiestan igualmente esas energías, a otro nivel, pero en equilibro, en un ciclo constante de transferencia de energía en continua transformación. Aquí, en la Tierra, el manto terrestre es la base que apoya la vida en todo el planeta, fuente de agua fresca y de nutrientes para todas las formas vivientes, tanto en la superficie como en el mar.
La formación de la tierra fue el resultado de la interacción constante entre los seres vivos y el ambiente no vivo -clima, organismos, y la superficie física de la propia tierra-, la desintegración de las rocas por la acción de la luz del sol, viento, lluvia, nieve, arenisca y hielo, se depositaron las partículas rocosas en elevaciones montañosas o en los valles, donde continuaron actuando por medio del clima local, plantas y vida animal, y por otros factores medioambientales como el fuego, hasta llegar a convertirse en tierra fértil. El nitrógeno de la atmósfera convertida en nitratos por la acción de los relámpagos y el vapor del agua atmosférico, entró en la tierra como agua.
El humus puede considerarse como la base de la fertilidad del suelo.
Otros nitratos fueron agregados por la acción de organismos vivos como bacterias terrestres y algas, que podían convertir el nitrógeno atmosférico en los nitratos requeridos para el crecimiento de las plantas. Estos otros elementos químicos en la tierra llegaron a ser parte del tejido viviente en plantas y animales.
La tierra recibió entonces esas sustancias que una vez descompuestos en materia orgánica formaron humus, que puede considerarse la base de la fertilidad del suelo; la propia descomposición siguió suministrando alimento a otras plantas y animales que continuaron el ciclo. La maduración de la tierra y equilibrio entre las fuerzas que operan en ella, está influenciada además por el clima y vegetación en que se desarrolla.

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